Científicos estadounidenses anunciaron que el choque directo de dos
galaxias vecinas del universo, la Vía Láctea y Andrómeda, es inevitable. No
obstante, el cataclismo cósmico no afectará a nuestro planeta.
Los
científicos de la NASA llegaron a esta conclusión mediante el análisis de
la información recogida por el telescopio espacial Hubble, que durante
más de 22 años ha suministrado a los astrónomos datos precisos sobre la
actividad de distintos objetos celestes.
Muchos meses de observación permitieron a los astrónomos calcular que el
proceso del choque frontal de las dos galaxias empezará dentro de 4.000
millones de años, llegando a su fin en 6.000 millones de años, teniendo en
cuenta la gran distancia entre la Vía Láctea y Andrómeda. Según los científicos, nada puede interferir en este proceso, debido a que en este rincón del universo no hay grandes objetos celestes, ni "una concentración de materia oscura" más masiva que la Vía Láctea y Andrómeda.
Una nueva galaxia nacerá
Como resultado de la fusión, afirman los astrónomos, nacerá una nueva galaxia que tendrá otra forma, probablemente elíptica, y una densidad más pequeña de ‘población’ de cuerpos cósmicos. Al mismo tiempo aumentará la distancia entre estrellas, por lo que el dibujo del cielo tomará nuevas formas.
La formación de una nueva galaxia estará acompañada por otros fenómenos interesantes, incluyendo la fusión de agujeros negros que se encuentran en la Vía Láctea y la Andrómeda. Sin embargo, el hecho no causará un fuerte impacto, ya que sus masas son mucho más pequeñas en comparación con las de las propias galaxias.
0 comentarios :
Publicar un comentario