Hace una década, un filósofo británico de la Universidad de Oxford publicó un trabajo en el que expuso la teoría de que el universo en que vivimos podría no ser más que una simulación informática creada por lejanos descendientes.
Aunque parezca ciencia ficción, un grupo de físicos de la Universidad de Washington ha conseguido ahora diseñar un test para probar la veracidad de esta afirmación. La idea de que la humanidad podría estar viviendo en el interior de un universo artificial surgió en un artículo de Nick Bostrom, profesor de Filosofía de la Universidad de Oxford.